Por Rodrigo Valerio.
El 7 de octubre de 1571 se da la batalla naval de Lepanto entre el Imperio Otomano y la Santa Liga encabezada por España y el Papado en el Golfo de Corintio.
¿Pero que hacía en esta batalla una réplica de la Virgen de Guadalupe? Te cuento cómo llegó a los mares de Grecia.
Resulta que el arzobispo de la Nueva España Alonso de Montufar segundo arzobispo de nueva España obsequió al monarca español Felipe II una copia de la representación milagrosa de la Virgen de Guadalupe en la famosa tilma de San Juan Diego, en 1567, esto como consecuencia del conflicto que tuvo que enfrentar con algunos franciscanos eminentes como fray Francisco Bustamante y el propio Fray Bernardino de Sahagún. El monarca se la obsequió a su medio hermano Juan de Austria, quien comandó la flota de la Liga Santa compuesta de 227 galeras, 76 fragatas y 6 galeazas tripuladas por españoles, genoveses, soldados de los Estados Pontificios y más.
Juan se la obsequió al genovés Andrea Doria, quien la colocó en la capilla de su galera para la batalla.
Andrea Doria fue quien lideró el flanco derecho de la línea de batalla de la Liga Santa en la batalla de Lepanto, donde también participó Miguel de Cervantes Saavedra, autor del famoso Quijote de la Mancha, apodado “el manco de Lepanto”.
Antes de la batalla, Doria y sus principales capitanes rezaron en la capilla de su barco insignia pidiéndole la victoria a la Virgen de Guadalupe, implorando por su intervención para obtener la victoria sobre los turcos, sobre los infieles.
Finalmente la victoria se decantó para la Liga Santa.
La imagen por lo tanto fue tomada por milagrosa por el comandante genovés y su tripulación, confiando que la Virgen de Guadalupe escuchó sus ruegos y rezos otorgándoles la victoria.
Esta representación se encuentra actualmente en el templo de San Estebán de Abeto, cerca de Génova.
El cardenal Guisseppe Doria la obsequió a este templo en 1811. En la actualidad el templo de San Esteban Abeto es un lugar muy visitado por los genoveses e italianos pues consideran que la representación de la virgen es milagrosa.
Así es como La guadalupana estuvo presente en la gran batalla naval de Lepanto.
