Por Rodrigo Valerio.
En las calles de Coscomatepec, el caos parece ser la norma. Los conductores zigzaguean entre motocicletas, bicicletas y peatones, como si estuvieran en un juego de Mario Kart sin reglas. El respeto a las señales de tránsito es una rareza, y el reglamento parece haberse evaporado en el aire.
1. Indiferencia hacia las normas:
Las flechas de preferencia y letreros de señalización estan en vano, mientras los conductores aceleran para cruzar la intersección. Las líneas de alto se ignoran, y los giros prohibidos son moneda corriente. ¿Será suficiente la aplicación del 1×1 en ciertas calles principales para mejorar la vialidad? ¿Por qué? Porque muchos ven las reglas de tránsito como sugerencias, no como obligaciones. La impunidad reina. No hay ley.
2. Falta de educación vial:
¿Por qué este desorden?
La conciencia sobre la seguridad vial es escasa. ¿Cuántos conductores conocen el significado del famoso “piano” de cruce peatonal o la importancia de ceder el paso al peatón, o el simple NO ESTACIONARSE? La educación vial debe comenzar desde la infancia y extenderse a lo largo de toda la vida.
3. Desinterés de las autoridades:
Las autoridades de tránsito parecen estar en un estado perpetuo de hibernación. Rara vez se les ve patrullando las calles o aplicando multas. El personal de apoyo vial está atado de manos para aplicar sanciones, es entonces que cabe hacernos esta pregunta ¿El reglamento de tránsito se ha convertido en un libro polvoriento en algún rincón de la oficina municipal? O ¿Lo aplicamos a conveniencia?
Pero pese a todo esto surge la pregunta ¿Cómo podemos mejorar? Estás serían unas propuestas.
1. Educación y conciencia:
Las escuelas deben incluir educación vial en sus programas. Los adultos también necesitan recordatorios constantes sobre la importancia de seguir las reglas. Campañas de concientización y talleres podrían marcar la diferencia.
2. Aplicación estricta del reglamento:
Las autoridades deben salir de su letargo y hacer cumplir las normas. Multas consistentes y visibles enviarán un mensaje claro: el desorden vial no será tolerado.
3. Participación ciudadana:
Los vecinos de Coscomatepec también tienen un papel que desempeñar. Denunciar infracciones y promover el respeto mutuo en las calles puede cambiar la dinámica.
Conclusión.
Es hora de que Coscomatepec recupere su orden vial. No se trata solo de reglas, sino de la seguridad de todos. Si queremos evitar tragedias innecesarias, debemos conducir con responsabilidad y exigir que las autoridades hagan su parte. El desorden no es una opción; la seguridad sí lo es.