Cada 5 de febrero, México conmemora un hecho fundamental en su historia: la promulgación de la Constitución de 1917, un documento que sentó las bases del Estado moderno y estableció los derechos y obligaciones de los ciudadanos.
La Constitución de 1917 fue promulgada en Querétaro durante el gobierno de Venustiano Carranza, en un contexto de transformaciones sociales y políticas tras la Revolución Mexicana. Este documento sustituyó a la Constitución de 1857 y trajo consigo importantes innovaciones, como la reforma agraria, los derechos laborales y la educación laica y gratuita.
Cada año, el 5 de febrero se recuerda con ceremonias oficiales en el estado de Querétaro, donde se llevaron a cabo los debates constitucionales. Aunque en la actualidad el día festivo suele trasladarse al primer lunes de febrero para dar lugar a un fin de semana largo, el significado histórico de la fecha sigue siendo de gran relevancia para los mexicanos.
La Constitución de 1917 ha sido reformada en numerosas ocasiones para adaptarse a los cambios del país, pero su esencia sigue siendo un pilar de la vida democrática en México. Es un día para reflexionar sobre los valores de justicia, igualdad y derechos ciudadanos que rigen la nación.