Corría el año 1824 Agustín de Iturbide regresaba a México después de un destierro impuesto por su abdicación apenas casi dos años atrás. Iturbide era el hombre que había promulgado un 24 de febrero de 1821 el plan de Iguala, un plan que finiquitaba asperezas y llamaba a un armisticio para finalizar la guerra de independencia que ya tenía más de diez años en el país.
México se encontraba en una situación complicada económicamente, social, y en materia de gobernabilidad era sumamente inestable.

Agustin Cosme Damian de Iturbide y Aramburu nació en Valladolid (hoy Morelia), Michoacán el 27 de septiembre de 1783, hijo del español don José Joaquín de Iturbide y de doña Josefa Arámburu, criolla. Estudió en el Seminario de Valladolid; después se dedicó a labores del campo, para posteriormente ingresar al servicio de las armas en 1798, en clase de alférez de regimiento. A los 20 años contrajo matrimonio con la hija de un acaudalado michoacano, don Isidro Huarte, de nombre Ana María.
Era alférez del regimiento provincial de Valladolid cuando inició el movimiento independentista. Ya para entonces contaba con cierto prestigio militar; fue por ello que en 1810 recibió una carta firmada por el cura Miguel Hidalgo en la que éste le ofrecía el grado de teniente general de los ejércitos insurgentes. Sin embargo, Iturbide rechazó la oferta, debido a que, según explicó después en sus memorias escritas durante su exilio en Liorna, los planes de Hidalgo, mal concebidos, llevarían a la ruina a la Nueva España. Los siguientes diez años se mantuvo fiel al rey de España, lo que demostró siendo un feroz combatiente contra el movimiento insurgente aquí es donde nace la pregunta ¿Como es posible que un realista cambiara de bando?
La respuesta es muy fácil de explicar, Agustín confiaba en la independencia pero no en el método, sabía que la situación virreinal ya no era sostenible y que la Constitución de Cádiz promulgada en España era perjudicial a los intereses de las familias aristocráticas y por tanto lograr la independencia mediante un acuerdo, un pacto, una alianza entre viejos insurgentes y la alta esfera penínsular y militar.
Iturbide estableció comunicación abierta mediante cartas con Vicente Guerrero quien era el insurgente resistente en el sur del país junto a Pedro Ascencio quienes propinaban derrotas muy grandes al ejército novohispano el propuso el pacto, nombrando a Guerrero mariscal en jefe del ejército Libertador del sur y pidiéndole a cambio que apoyara su causa reconociendolo como comandante en jefe del ejército trigarante y adherirse al plan de iguala.
Y fue precisamente en el plan de Iguala donde Iturbide proclamaba la independencia y ponía como bandera nacional al perdón trigarante dónde en esa bandera parecían por primera vez los tres colores patrios. Verde, blanco y rojo. Junto a una corona con las tres garantías rodeándola. Independencia, unión, y religión
Jose Magdaleno Ocampo fue el sastre encargado de realizarla, la cosio a mano con tres estrellas de colores patrios, una bandera que dió origen a una identidad nacional que posteriormente cambiaría a tres líneas verticales con el águila imperial al centro originando la primera bandera de México como hoy la conocemos.
iturbide no solo ideó la independencia formal de México, sino que a su vez ideó el México que hoy conocemos, nos dió patria, nos dió identidad y nos dió Bandera.
Un hombre que firmó con tinta una independencia real sin derramamiento inútil de sangre, cambiar la espada por la pluma, “desatar el nudo español sin romperlo” escrito está en el posterior Tratado de Córdoba que firmó con Juan O Donojú.

iturbide fue emperador, pero fue un emperador proclamado por la gente, alguien que pese a negarse varias veces a usar una corona por defender los intereses nacionales acepto.
La historia oficial actual no acepta que Iturbide era querido, que el era considerado libertador y padre de la patria, que su nombre estaba escrito con letras de oro en el salón de sesiones del antiguo palacio legislativo, que su espada estaba puesta arriba de la bandera nacional en ese recinto reconociendo su figura.

Hoy aquel Ex emperador que fue fusilado en Padilla Tamaulipas en julio de 1824 es eliminado de los libros de historia, repudiado por el gobierno de las transformaciones, y hasta declarado traidor por “historiadores” que solo escriben lo que les conviene.

México no debe olvidar al hombre que nos dió labaro patrio, nombre, y nación. Sus restos reposan en la catedral metropolitana de ciudad de México.
Agustin de Iturbide tu memoria sea eterna.