La Leyenda de la cueva del encanto.
Otra de las leyendas de la ciudad, nos dice que, en la barranca del Jamapa, a un costado del puente, con dirección a Huatusco, donde se encuentra la imagen de la virgen, era un lugar encantado o “encanto”.
Sucedió que un grupo de amigos, en vísperas del dia de San Juan, fue a nadar; mientras algunos se divertían río arriba, uno de ellos recorría la orilla del Jamapa, en eso, vio un extraño destello en la pared rocosa, escaló como pudo el muro y encontró una cueva a la que pudo introducirse. Una vez adentro, se admiró de ver una cantidad de oro y joyas como nunca la había visto. Mientras se maravillaba por todos los objetos y monedas incontables, escuchó una escalofriante voz decirle. “Puedes tomar todo lo que quieras, tendrás unos minutos, pero si no sales, te quedarás aquí hasta que alguien más encuentre la entrada”. Esa voz era la del maligno engañándolo.
El ambicioso personaje comenzó a llenar su morral, las bolsas de sus pantalones y hasta su sombrero de paja con todo lo que podía, pero su codicia era tanta que sin percatarse se le terminó el tiempo y estando a punto de salir de la cueva, no pudo llegar a la entrada quedándose encerrado. Jamás volvieron a saber de el en Coscomatepec.
Se cuenta que muchos años después, otra vez en vísperas del dia de San Juan, alguien de nuevo vio en el lugar ese raro destello, escaló el muro y a la entrada de esa cueva se impresionó de encontrar a un hombre viejo, sucio y con sus ropas roídas, quien le preguntó por sus amigos. El joven no supo contestar nada, mientras el anciano salía de la cueva despavorido, dando entrada al nuevo curioso, del quien también se perdió el rastro.
Según anécdotas, el anciano decía que pasó cincuenta años en esa cueva hasta que alguien más la encontró, pero que nunca sintió el tiempo. Si acaso un parpadeo después de que se cerrara y se volviera a abrir, pero ya habría consumido casi toda su vida. Para que esto no volviera a pasar, el infortunado mandó a poner una imagen sagrada y a bendecir el lugar encantado para que el maligno no volviera a quitarle los años de vida a nadie por ambición.
Muchos años después y mientras se construía el camino actual que lleva a Huatusco, y quitando las hiervas del lugar para extraer la piedra, un obrero encontró el lugar y una imagen sagrada de la cual no se sabe su paradero. Comprendiendo que se trataba de algo sagrado y con ayuda de más trabajadores, colocaron la imagen de la virgen que se observa actualmente en la barranca de Jamapa.
“Las leyendas del lugar de piedras”. Humberto Luna.