En este día comienzan los preparativos para el tradicional día de muertos.
Tradición muy remarcada es la de celebrar a San Rafael Arcángel en la ciudad y en cuya costumbre, se da una mezcla entre lo sagrado y la gastronomía.
Para el medio día del 24, los panaderos de la ciudad tendrán listo pan especial que los parroquianos comprarán para llevar a bendecir a la parroquia o a alguna misa celebrada en un barrio, como el de la calle Melchor Ocampo que cuenta con su capilla en honor a San Rafael Guizar y Valencia a quien también se celebra como santo en todo México.
La forma de estas piezas de pan es en forma de pez y son llamados “Bobitos o Bobos”, pues en la tradición, estos elementos hacen referencia a la historia de Tobit, narrada en el Antiguo Testamento.
Tobit, padre de Tobías, sufría de una enfermedad en los ojos que le había provocado ceguera. Al mismo tiempo, Sara, hija de Ragüel, se había casado con siete hombres, pero el demonio Asmodeo, quien estaba enamorado de ella, los había matado antes de que pudiera consumar su matrimonio.
Los dos fieles creyentes optaron por la oración, pidiendo una buena muerte. Escuchando sus súplicas; Rafael fue enviado a auxiliarlos a ambos. Bajo una identidad desconocida, le sugirió a Tobías que utilizara la hiel de un pescado que había encontrado en el río para curar la ceguera de su padre, y el corazón y el hígado para ahuyentar al demonio que perseguía a Sara. Tras esto, la mujer fue entregada como esposa a Tobías.