La crueldad animal en el municipio de Coscomatepec muestra muchos rostros, desde la venta de cachorros los lunes de plaza que al final dejan abandonados al no venderse, hasta los animales que tienen casa pero los tratan como “tinacos”, a veces sin darles de comer o sin compañía.
Hoy, uno de esos “mejores amigos del hombre” murió ahorcado al caer de la azotea donde se encontraba. Lo único que se alcanzó a ver fue el cuerpo del animal colgado de una soga.
El maltrato animal es, a la vez, un factor que predispone a la violencia social y, al mismo tiempo, una consecuencia de la misma. Forma parte de la cascada de la violencia que nos va alcanzando a todos como individuos y como sociedad. La violencia es “un acto intencional que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otros. Casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, es decir, las que tienen el poder en una relación, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o contra sí mismo”.
En las familias en las que hay violencia, ésta es más frecuentemente dirigida hacia los más débiles, lo que incluye ancianos, mujeres, niños y animales de compañía. El maltrato hacia los animales es tolerado por aquellos que lo observan; se minimizan sus causas y sus efectos, y los padres, maestros y comunidades que no dan importancia al abuso animal en realidad incuban una bomba de tiempo.