Por Yesenia Irivas
El día de ayer, fue galardonado José Eduardo Loyo Heredia en la “XLIX Edición del Concurso Gran Premio Nacional de Arte Popular 2024” por su obra “Silla de Montar Charra Cincelada”. El galardón no solo celebra su talento individual, sino que también rinde homenaje a la rica herencia cultural de Coscomatepec, pueblo mágico conocido por su artesanía.
En Coscomatepec, el arte de la talabartería ha sido una tradición valiosa, y el reconocimiento nacional de José Eduardo “Lalo” Loyo Heredia es un testimonio de su maestría. Con sus manos hábiles, transforma el cuero en obras de arte, como la galardonada “Silla de Montar Charra Cincelada”, que brilla con detalles cincelados y simboliza la riqueza cultural de nuestro pueblo.
Este oficio, que ha pasado de generación en generación, sigue siendo un pilar del patrimonio coscomatepecano. Durante 44 años “Lalo”, como lo conocemos sus vecinos y amigos, se ha dedicado a este arte, del cual menciona que lo que más le gusta es dibujar, en algunos trabajos dedica de 12 a 15 días dependiendo de la dificultad del trabajo.
En las calles empedradas de Coscomatepec, el oficio de la talabartería resuena como un eco de tradición y destreza. Hoy destacando la calle Melchor Ocampo en José Eduardo “Lalo”, artesano de gran renombre a nivel local y estatal (en dónde ya ha sido reconocido con varios galardones), y, ahora a nivel nacional. El trabajo del talabartero es una danza entre la fuerza y la precisión, entre el tiempo, el golpeteo y el trazo adecuado. Cada pieza de cuero que pasa por las manos de “Lalo” se transforma en una obra de arte, cada detalle cincelado habla de una dedicación incansable y de un profundo amor por el oficio.
Las sillas de montar, con sus intrincados diseños y su robusta construcción, son una manifestación tangible de la identidad de “Lalo”, pero también de los coscomatepecanos que se dedican a los distintos procesos de las monturas. La talabartería en Coscomatepec no es solo una profesión, es una forma de vida. Este arte, transmitido de generación en generación, sostuvo en varias épocas la economía local y preserva las tradiciones que nos definen.
Gracias a las manos de artesanos como “Lalo”, la talabartería se niega a morir. Su habilidad para fusionar lo funcional con lo estético lo ha convertido en un embajador de nuestra cultura, llevando el nombre de Coscomatepec a nuevos horizontes. Felicidades, José Eduardo “Lalo” Loyo Heredia, por este merecido reconocimiento. Tu arte y tu pasión no solo embellecen nuestros días, sino que también aseguran que el legado de Coscomatepec perdure en el tiempo. Que tus manos sigan creando maravillas y que tu nombre siga siendo sinónimo de excelencia en la talabartería. ¡Gracias por enaltecer a nuestro pueblo con tu talento! ¡Que el pueblo y las autoridades reconozcan con apoyo y admiración tus logros!