México ya se prepara para la ola de deportaciones masivas anunciadas por Donald Trump. Claudia Sheinbaum anunció este jueves que el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, se desplazó a Estados Unidos para coordinar la respuesta de los 53 consulados mexicanos en territorio estadounidense, la red consular más grande en el mundo, y avanzar en el plan para recibir a decenas de miles de inmigrantes.
La presidenta tiene la mirada puesta en los 3.152 kilómetros que separan a ambos países y ha convocado a una reunión con los gobernadores de los seis Estados que colindan con territorio estadounidense para evitar el colapso de la frontera. La mandataria adelantó que buscará llegar a un acuerdo con el presidente electo para que las personas expulsadas de otras nacionalidades sean repatriadas de forma directa a sus países de origen y no tengan que pasar por territorio mexicano.
“Evidentemente, nosotros somos solidarios con todos y con todas, pero nuestra principal función será recibir a las y los mexicanos”, señaló Sheinbaum. Hay más de 11 millones de inmigrantes en situación irregular en Estados Unidos y más de cinco millones son de origen mexicano, de acuerdo con el Migration Policy Institute.
La amenaza de Trump de deportar hasta un millón de personas cada año ha puesto en alerta a las autoridades mexicanas y ha desbordado las dudas sobre la capacidad del país latinoamericano de absorber esa carga y evitar que la frontera se convierta en un cuello de botella. La mayoría de los migrantes repatriados de territorio estadounidense suelen ser devueltos a territorio mexicano, sin importar su nacionalidad, por regla general.