Aunque la legislación electoral prohíbe las precampañas para los aspirantes de Morena, diversas estrategias discursivas y actos públicos han permitido a los interesados en cargos de elección popular mantenerse en el ojo público sin infringir abiertamente la ley. Sin embargo, algunos han sobrepasado los límites y ahora enfrentan posibles sanciones.
A pesar de que Morena llegó al poder con un discurso transformador, algunos de sus propios integrantes parecen no compartir esos ideales. En el actual proceso electoral municipal en el Estado de Veracruz, varios aspirantes a alcaldías han iniciado de manera abierta la promoción de su imagen en colonias, redes sociales y entrevistas periodísticas, además de operar casa por casa con promesas ambiciosas para ganar apoyo.
El problema radica en que algunos de ellos han olvidado que no hay precampañas. Aunque su publicidad los presenta solo como simpatizantes de la 4T y usan juegos de palabras para evitar infracciones, en reuniones privadas se han presentado abiertamente como precandidatos. De existir grabaciones o pruebas documentadas, podrían enfrentar graves consecuencias.
La oposición ya tiene en la mira a varios de estos aspirantes y está reuniendo pruebas de sus actos anticipados de campaña. Algunas de estas evidencias ya han sido expuestas públicamente, lo que augura una ola de denuncias ante el OPLE y los tribunales electorales por violaciones a la normativa electoral.
El representante de Morena ante el OPLE, Gabriel Zúñiga Ovando, lanzó una advertencia clara: “Todos aquellos-as que se han promocionado, deberán responder por sus actos”. Esto significa que el partido no respaldará a quienes no respetaron las directrices de la Encuesta interna. Zúñiga subrayó que registrarse en una Encuesta no equivale a obtener la calidad de precandidato.
En este contexto, varios aspirantes de Morena podrían enfrentar consecuencias serias, ya que se han documentado casos en los que han recurrido a estrategias como la colocación de lonas, publicidad en redes sociales, perifoneos y visitas domiciliarias con fines electorales. Incluso, algunos han sido mencionados públicamente por sus propios compañeros de partido.
El punto central es que los aspirantes sí pueden promocionarse, pues participan en una Encuesta, pero lo importante es en qué calidad lo hacen. Si se presentan como precandidatos sin estar formalmente en esa fase, podrían meterse en serios problemas legales y políticos.