La radio mexicana atraviesa un momento crítico: durante 2024 registró la pérdida de alrededor de 3 millones de radioescuchas, la caída más pronunciada en los últimos cuatro años. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), actualmente 37.2 millones de personas en el país siguen sintonizando la radio, cuando en 2021 la cifra alcanzaba los 40.3 millones.
El descenso en las audiencias responde principalmente al cambio de hábitos de consumo, pues cada vez más mexicanos migran hacia opciones digitales como plataformas de música y podcasts, especialmente después de la pandemia. Sin embargo, especialistas señalan que el sector radiofónico aún no ha logrado consolidar un modelo rentable para monetizar sus contenidos en el entorno digital.
Ejemplo de ello es Radio Centro, que desde 2022 apostó por la producción de podcasts de noticias, deportes y cultura, aunque sus finanzas siguen mostrando dificultades debido a la caída de ingresos por publicidad. En términos de inversión, la radio pasó de captar casi 9% del gasto publicitario en 2010 a apenas 5% en la actualidad.
Otro desafío proviene de las redes sociales, como TikTok e Instagram, que han transformado la manera de informarse, reduciendo el valor que antes tenía la radio como espacio exclusivo de análisis y opinión.
Según la Asociación Mexicana del Derecho a la Información, la falta de adaptación a los nuevos modelos de consumo es el mayor obstáculo para la supervivencia de este medio, junto con limitaciones técnicas como la ausencia de radio FM habilitada en dispositivos Apple, lo que restringe su alcance frente a teléfonos Android, que sí incluyen esta función.
En comparación internacional, México muestra una penetración moderada de la radio: solo 4 de cada 10 personas la sintonizan, mientras que en países como Alemania la escuchan 6 de cada 10.
El futuro de la radio dependerá de su capacidad de innovación y adaptación en un entorno donde la digitalización y las redes sociales marcan el rumbo del consumo informativo y de entretenimiento.

