Una potente explosión sacudió anoche la base de lanzamientos de SpaceX en Boca Chica, Texas, durante una prueba estática del cohete Starship 36, uno de los vehículos más ambiciosos de la compañía de Elon Musk. El incidente ocurrió poco después de las 23:00 horas (tiempo local), cuando se realizaba un encendido de motores previo al décimo vuelo de prueba.
La deflagración provocó una enorme bola de fuego visible desde varios kilómetros de distancia, de acuerdo con reportes de residentes en comunidades cercanas como Brownsville y Port Isabel.
SpaceX confirmó más tarde que se registró una “anomalía significativa”, aunque aseguró que no hubo personas lesionadas, ya que la zona de prueba había sido evacuada conforme a sus protocolos de seguridad. Hasta el momento, la empresa no ha dado detalles precisos sobre los daños, pero en redes sociales circulan imágenes de restos del cohete y llamas en la plataforma de lanzamiento.
Este contratiempo representa un golpe al programa Starship, clave tanto para los proyectos de exploración lunar de la NASA como para los planes a largo plazo de llegar a Marte. Aunque SpaceX sostiene una estrategia de aprendizaje basada en errores, cada incidente implica rediseños, retrasos y revisiones regulatorias, lo que podría comprometer el calendario original del programa.