Por Rodrigo Valerio.
Un 21 de marzo de 1809, nacia en Guelatao Oaxaca Benito Pablo Juarez Garcia, conocido como el “benemerito de las americas” por su ferrea defensa de la republica frente al “imperialismo” extranjero.
Jurista de profesión, político de origen indigena, humilde pastor que hablo unicamente su lengua materna el mixteco hasta casi los trece años.

Escapó a los trece años a la capital Oaxaca en busca de aprendizaje a casa de la familia Maza, en la que su hermana Josefa realizaba tareas domésticas. Pocos días después tuvo la suerte de conocer a quien sería una pieza clave de su formación intelectual: Antonio de Salanueva, un fraile franciscano que patrocinó su ingreso al Seminario Conciliar de la Santa Cruz, donde estudió filosofía, latín y teología. Cuando concluyó el bachillerato, en 1827, ingresó al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, donde aprendió francés e inglés y se graduó de abogado en 1834.
Sus inicios en la política datan de 1832, cuando fue designado como regidor del Ayuntamiento de Oaxaca. En 1833 fue elegido diputado de la Legislatura local y a partir de 1841 se desempeñó como juez civil y de hacienda.

Entre 1844 y 1846 fue sucesivamente secretario de gobierno de Oaxaca y diputado federal. Por esos años ingresó en la masonería con el seudónimo de Guillermo Tell y se casó con Margarita Maza, hija adoptiva de la familia que lo alojó cuando llegó a Oaxaca, y con quien tuvo doce hijos, de los cuales cinco murieron prematuramente.
En 1847 fue elegido gobernador de Oaxaca, cargo que ocupó hasta 1852.
Durante su mandato fundó escuelas normales, reconstruyó el Palacio de Gobierno, reorganizó la Guardia Nacional y dejó excedentes en la hacienda estatal.
En 1853 fue apresado por orden del presidente Antonio López de Santa Anna, que ejercía el poder autoritariamente. Se lo obligó a exiliarse en Cuba, donde trabajó en una fábrica de habanos. Poco después se trasladó a Nueva Orleans, donde conoció a otros desterrados que preparaban un golpe para derrocar a Santa Anna.
Al triunfar la Revolución de Ayutla, regresó a México y fue designado ministro de Justicia e Instrucción Pública por el presidente Juan Álvarez. Promulgó entonces una serie de leyes que restablecieron las libertades de enseñanza, imprenta y trabajo y anularon los privilegios de sacerdotes y militares.
En 1856 fue nuevamente elegido como gobernador de Oaxaca, cargo al que renunció para asumir la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Poco después, los conservadores proclamaron el Plan de Tacubaya y se rebelaron para derogar la Constitución de 1857, cuya sanción Juárez había apoyado.
En diciembre de 1857 el presidente Ignacio Comonfort abjuró de la Constitución liberal de 1857 y ordenó la detención de varios funcionarios, entre ellos Benito Juárez. Pero días más tarde, cuando el general Félix Zuloaga se autoproclamó presidente, Comonfort liberó a Juárez y le pidió que se hiciera cargo del Poder Ejecutivo. De esa manera, asumió interinamente la presidencia de la República.
Presionado por los conservadores, se refugió en Panamá, pero regresó en mayo de 1858 para establecer la sede del gobierno federal en el Estado de Veracruz, mientras Zuloaga instalaba un gobierno conservador en la capital. Era el comienzo de la guerra de Reforma. En 1859 su gobierno fue reconocido por los Estados Unidos, y, con su ayuda, los liberales derrotaron a los conservadores en 1860.

En 1861, y de acuerdo con la Constitución, fue nombrado presidente, cargo que ocupó sin interrupción hasta su muerte en 1872.
Durante sus varios mandatos creó el Registro Civil; extendió la educación pública, laica y gratuita; abolió los privilegios del clero, confiscó todos sus bienes y reconoció todas las religiones.
También enfrentó la intervención militar francesa, que se inició en 1862, luego de que Juárez anunciara la suspensión de los pagos de la deuda externa. La guerra contra el imperio impuesto por los franceses duró cinco años, pero se saldó con el triunfo del gobierno de Juárez y el fusilamiento del emperador Maximiliano de Habsburgo, en 1867.
Antes de las elecciones generales de 1871 murió su esposa Margarita y su salud comenzó a resquebrajarse.
Varios amigos y colaboradores le aconsejaron que se abstuviera de presentarse. Algunos alegaron motivos de salud y otros las acusaciones en su contra por perpetuarse en el poder. Pero Juárez, que era muy testarudo, se presentó en las elecciones, en las que derrotó a Santiago Lerdo de Tejada y al general Porfirio Díaz. Este no aceptó su derrota y se rebeló contra Juárez, haciendo público el Plan de la Noria, que proponía prohibir la reelección presidencial.
La represión del levantamiento de Porfirio Díaz fue el último acto público de Benito Juárez, que falleció a la edad de 66 años el 18 de julio de 1872 de un infarto de miocardio. Tras su muerte, ocurrida en el Palacio Nacional, el Congreso lo declaró Benemérito de la Patria y de las Américas por su lucha contra la intervención francesa.

Sus restos mortales descansan en el Panteón de San Fernando, en Ciudad de México, junto a los de otros presidentes, ministros, gobernadores y secretarios de Estado.
Personaje que tambien cuenta con su legado y su leyenda sin duda alguna, y tambien claro esta como todo personaje historico tiene sus claroscuros, aqui mencionamos algunos de ellos:
Anticlericalismo: Juárez enfrentó fuertes críticas debido a su postura anticlerical. La Ley de Desamortización y la Ley Lerdo, que expropiaron bienes eclesiásticos, generaron tensiones con la Iglesia católica. Algunos lo acusaron de atacar la fe y la tradición.
Centralización del Poder: Durante su presidencia, Juárez consolidó el poder en la figura del Ejecutivo, lo que llevó a debates sobre la democracia y la concentración de autoridad. Algunos lo vieron como un líder fuerte, mientras que otros temieron la falta de contrapesos.
Conflictos Armados: La Guerra de Reforma y la Intervención Francesa pusieron a prueba su liderazgo. Juárez enfrentó desafíos militares y políticos, y su decisión de trasladar la capital a Veracruz durante la ocupación francesa fue controvertida.
Sobre los indigenas: Se dice que Juárez siempre estuvo a favor de la modernización y educación de los indígenas, pero nunca impulsó leyes a favor de ellos. Según sus palabras, las tierras deberían ser despojadas a los indios para modernizar al país.
Sobre su frase: el argumento atribuido a Juarez “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” en realidad pertenece al alemán Emmanuel Kant. mencionado en su obra “La paz perpetua”.
En última instancia, Benito Juárez es un símbolo de la resistencia, la justicia social y la perseverancia.
Su legado sigue inspirando a generaciones, y su complejidad nos recuerda que ningún líder es inmune a la controversia.