México, creo en ti, Como en el vértice de un juramento.
Tú hueles a tragedia, tierra mía…Y sin embargo, ríes demasiado,
acaso porque sabes que la risa, es la envoltura de un dolor callado”.
“México creo en ti” -Ricardo López
04 de septiembre. México amaneció con dos noticias que impactaron las redes sociales y el interés del público: la salida de Adrián Marcelo de la Casa de Los Famosos (algo parecido al Big Brother, de nuestra época), y la aprobación de la Reforma al Poder Judicial. En la plataforma “X” (antes Twitter), la salida de Adrián Marcelo del programa televisivo es trending topic (tema de tendencia) #1 en México, la Reforma al Poder Judicial ocupa el lugar #6. Es decir, que la gente está hablando más del programa televisivo que, de una reforma que debería interesarnos. Este es México, señores.

En las conversaciones sobre ambos temas, predominan las descalificaciones sobre la audiencia de “La Casa de Los Famosos”, ahí entro yo, que cada domingo sigo por Tik Tok al eliminado o eliminada de la semana. Se preguntarán porque la co – conductora de “Roy por la noche” ve a ratos “La Casa de Los Famosos”, voy a responder:
Lo veo desde mi gusto personal, pero sobre todo desde mi oficio de socióloga y antropóloga social, desde está perspectiva escribo ahora. Esa casa en donde permanecen 15 “personalidades” del espectáculo o redes sociales, refleja a nivel micro las dinámicas de toda sociedad actual: ventaja, competencia, vanidad, colaboración, amistad, violencia y misoginia. Es el último término que menciono, el que hizo que diversos patrocinadores del programa presionaran a Telerisa para que expulsará a Adrián Marcelo.
La Casa de los Famosos, me recuerda, el panóptico, que es un modelo de prisión ideado por el filósofo alemán Jeremy Bentham, en 1791. Su nombre viene de la raíz griega “verlo todo”, una estructura que permite “ver sin ser visto”. Michel Foucault, mencionaba que, en nuestra sociedad moderna, el panóptico no era solo un tipo de prisión, sino que se había trasladado al día a día, al observar. No me dejará mentir, amable lector: en esta época de redes sociales. todos somos observados, todos somos observadores.
Podría enumerar los temas “sociales” que refleja este programa, cuando se ve con ojo sociológico. Quienes mencionan que no pierden el tiempo en eso, imagino tampoco siguen confiando en la Selección Mexicana, pasando el tiempo en redes sociales o confiando el destino del país en manos de políticos del color que sea.Pienso en este punto en la frase “Tenemos el gobierno que merecemos”, también en contenido televisivo “Tenemos lo que merecemos”.

Pienso en este punto en México, ese México de jueces que abren las puertas del infierno, ese México que amarra también las manos a la justicia, el México de los pobres, el México de los ricos. El México surreal que al final de día, es el México de todos. El México que se pinta de tantos colores, el México de las sombras y las luces. Pienso en este punto en México, nuestro México. Ese país que construimos día a día, el México de quienes prefieren libros, el México de los que prefieren realitys, porque también detrás de una pantalla la realidad duele menos.
Mientras terminaba esta nota, observaba en redes sociales que, Arnulfo Castorena, nadador de los 50 m pecho SB2 y Juan Pablo Cervantes, paratleta de los 100 m T54, subían a lo más alto del podio en París 2024, dos oros más para México, el México de los que también existen, pero que poco se nombran. El México en el que creo.
