Son muchas las preguntas que podemos hacernos al respecto de la celebración – por todo lo alto- que se hace de la llamada Batalla de Puebla, que como todos sabemos se festeja en todo el país y también fuera, sobre todo en los Estados Unidos, dándole ahí, mayor significación que al mismo inicio de la lucha por nuestra independencia.

Esta batalla tuvo lugar el cinco de mayo de 1862 en las cercanías de Puebla, con los siguientes antecedentes: una vez rota la alianza entre España, Inglaterra y Francia, que unidas habían llegado a México a cobrar supuestas deudas en la llamada Guerra de Los Pasteles, firman en Soledad de Doblado Ver., un acuerdo con el gobierno mexicano y deciden reembarcar sus tropas y regresar a Europa.
No así los franceses, que sin importarles faltar al pacto, deciden continuar la invasión y apoderarse del país, por lo que Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez, comandante del ejército francés, junto con los generales Saligny y Jurien que por cuestiones de clima tenían sus tropas acuarteladas en Córdoba y Orizaba, las llevan hasta Acultzingo donde tuvieron una refriega con el Ejército de Oriente, en la llamada batalla -que más bien fue batallita- “ De las Cumbres”. A Lorencez, en París le habían asegurado que en Puebla sería recibido con una lluvia de flores, pues los franceses se habían dado a querer, pero lo que el petulante de Lorencez no sabía es que en Puebla estaba el Ejército de la República, comandado por el joven general Ignacio Zaragoza secundado por los generales Miguel Negrete, al frente de un ala, la otra, dirigida Felipe Berriozábal y junto con Zaragoza, Porfirio Díaz, luchaba y ordenaba.
Así fue que, dichos comandantes y el clima, lo recibirían con una tremenda lluvia, no de flores sino de granizo, en las inmediaciones de Puebla defendiendo los fuertes de Loreto y Guadalupe; el cruento ataque que había iniciado a las 9 de la mañana del 5 de mayo terminaba al atardecer con la vergonzosa retirada del “ mejor ejército del mundo”.

Las grandes diferencias entre los dos ejércitos eran que: el ejército de la República estaba formado por casi 2000 soldados del batallón de veteranos del ejército de la Guerra de Reforma y parte del Batallón Veracruz con 2700 campesinos usando machetes y lanzas llamadas “chinacas” de madera con punta de metal -de ahí que recibieran este nombre de chinacos, los soldados que pelearan con esta armas-, además de un contingente de indios zacapoaxtlas que eran el 6°batallón de la Guardia Nacional. Los franceses con clara mayoría numérica, eran 6048 soldados, pertenecientes a la infantería naval, al grupo de élite o Zuavos y el regimiento de los cazadores de África; éstos usaban pistolas, carabinas con punta de metal, bayonetas y cañones.
El informe que el general Zaragoza rindió sobre la Batalla de Puebla, fue breve y significativo:
Las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con soberbia, necedad y torpeza.
En una carta a su hermana, Porfirio Díaz le cuenta:
“En fin yo nunca había tenido más gusto así, día más grande y día memorable 5 de Mayo, día grande y de gloria. […][…] No hay soldados como los nuestros, que no nos cuenten de sus batallas de Magenta, Solferino, Austerlitz y Crimea que todas estas cruces y laureles han venido a adornar el pie de la bandera mexicana… “

El gusto de esta victoria duraría poco, antes de un año, Puebla sería sitiada y tomada y México invadido.
El joven Gral. Ignacio Zaragoza que había nacido en Texas el 24 de marzo de 1829 de padre veracruzano y madre texana , estudió el seminario y la carrera de leyes en Monterrey: no siendo ésa su vocación, se enroló en las Guardias Presidenciales y de ahí al Ejército de la República y murió a unos cuantos meses de su triunfo, el 8 de septiembre de 1862, a los 33 años, después de haber contraído tifo durante las maniobras bélicas y dejando en la orfandad a tres hijos ya que poco tiempo antes había muerto su esposa Rafaela Padilla; fue enterrado en el Panteón de San Fernando y en 1976 trasladado a Puebla.
Seguramente el entusiasmo con que se conmemora esta gesta heroica en Estados Unidos se deba a que el enemigo a vencer era, Francia, y Zaragoza nació en Texas, cuando aún era territorio mexicano.