El Pico de Orizaba o Citlaltépetl, el volcán más alto de México y de América del Norte, ha sido foco de atención tras recientes declaraciones del vulcanólogo Hugo Delgado Granados, investigador de la UNAM. Durante una mesa de trabajo sobre cambio climático, el especialista afirmó que el volcán “parece estar en franco despertar”, lo que ha generado preocupación entre científicos y comunidades cercanas.
Aunque la última erupción del volcán fue en 1846, su actividad no ha cesado del todo. En los últimos meses, se han registrado al menos 37 sismos en su entorno, incluyendo uno de magnitud 3.5 en agosto de 2024. Estos movimientos, junto con la acelerada pérdida del glaciar Jamapa, podrían ser señales de un aumento en la temperatura interna del volcán.
Además del riesgo volcánico, los expertos han alertado sobre el impacto del cambio climático. El glaciar del Citlaltépetl ha perdido el 20% de su masa en cinco años, lo cual podría afectar gravemente la disponibilidad de agua en la región. La desaparición total de los glaciares en este volcán y en otros como el Iztaccíhuatl se proyecta para los próximos cinco años.
Medios de comunicación y redes sociales han reaccionado con intensidad ante las declaraciones, aunque las autoridades, como el CENAPRED, no han emitido ninguna alerta oficial. La UNAM, por su parte, continúa el monitoreo constante a través de su red de vigilancia ambiental y sísmica.
Pese al revuelo, los científicos aclaran que no hay evidencia concluyente de una erupción inminente. Sin embargo, piden estar atentos, informados y preparar medidas de adaptación ante un posible escenario de actividad volcánica y pérdida de recursos hídricos clave.